domingo, 20 de abril de 2008

El espejo irreverente de Raul de la Horra


El libro del periodista y psicologo Raúl de la Horra es un compendio de Columnas periódisticas. Desde su punto de vista, las columnas y demás opiniones que cada uno expresa no se deben circunscribir en criticar y criticar sin proponer al menos algo.


Es por ello que de la Horra plantea como nosotros los futuros periódistas debemos seguir una línea hacia la excelencia en nuestro campo. No debemos ser absorvidos por los malos periodistas y mucho menos exceder nuestra falta de respeto hacia lo más importante para nosotros: LA PALABRA.


Si la palabra constituye el instrumento letal de nosotros los comunicadores sociales. A través de ella los autores proclaman una ideología, un pensamiento que puede envenenar o engrandecer la mente de quien nos brinde su tiempo para leerno.


El libro es como un parámetro, según el autor, para que los periodistas eleven su conocimiento y aporten más en todo momento. Tanto hacia la carrera, hacia la población y hacia la vida misma.

De sobre manera es importante comentar que se conto con la participación de Carlos A. Velasquez, literato de la Escuela de Ciencias de la Comunicación y con José Luís Perdomo como conferencista.


miércoles, 2 de abril de 2008

Prueba Parcial " El Eclipse" Tito Monterroso

Argumento

Perdido en las espesas selvas de Guatemala, se encontró Fray Bartolomé Aráosla, por el cansancio al tratar de encontrar la salida se queda dormido, lo encuentra un grupo de indígenas con el rostro impasible, quienes lo rodean y se disponen a sacrificarlo; al ver que se encuentra el borde de la muerte les miente utilizando una teoría de Aristóteles, acerca de un Eclipse Solar que pasaria esa noche tratando de engañarlos para evitarlo, los indígenas se muestran molestos, pues los quiso ver como ignorantes, lo ponen sobre la piedra de los sacrificios y la dan muerte.

Conflicto

Fray Bartolomé Aráosla, se pierde en una poderosa Selva de Guatemala, lo encuentran unos Indígenas a quienes ve como ignorantes, ellos le dan muerte.

La secuencia

Situación Inicial:
Fray se encuentra perdido en una espesa selva de Guatemala.

Proceso:
Se queda dormido tratando de buscar salida, un grupo de nativos lo encuentra y lo llevan con ellos.

Situación Final.
Es sacrificado por los nativos.

Oposiciones:

Religioso……………….la Selva

Religioso………………. Los indígenas

Teoría griega……….. Conocimiento indígena

Vida……………………….muerte

Mentira…………………..muerte



Tiempos

Pasado…………… Presente

Espacios



Selva
Árboles
Altar de sacrificios

Propuesta ideológica

El rasismo
El Fray al verse rodeado pos los indígenas, y analizarlos pensó que eran unos ignorantes, al escucharlos hablar y poder responder algunas palabras se sintió mas seguro y esto hizo que el quisiera engañarlos utilizando una teoría de Aristóteles acerca del Eclipse Solar, olvidando que los indígenas fueron los que inventaron el calendario Solar mas exacto que hay.
Se nota el rasismo, pues los españoles creen que por las diferentes clases de atuendos que utilizan y sus grandes sociedades con las que conviven, hacen ver a las indígenas como personas sin letras y realmente de esta cultura han logrado descubrir mas haya de los que tienen.


domingo, 30 de marzo de 2008









· Argumento


Irene y su hermano viven plácidamente en una casa espaciosa y antigua, en la que guardaban gratos recuerdos de sus bisabuelos, como también los de su infancia, persistían en vivir en ella, aunque pensaban que era una locura, pues podían habitar unas ocho personas muy cómodamente, el trabajo por mantenerla limpia era una habito del diario vivir, que al levantarse era lo primero que hacían, esta actividad lograba ocupar su tiempo matinal, siendo muy puntuales para almorzar al medio día, teniendo en el resto de la tarde la oportunidad de conversar y pensar en diferentes cosas tanto del pasado como del presente.

Los hermanos vivían muy tranquilamente; en lo que Irene tejía como era su costumbre, su hermano en ocasiones le hacia el favor de comprarle las madejas de lana, aprovechando a su vez pasar a la librería, no tenían necesidad de ganarse la vida, pues a cada mes recibían dinero el cual iba en aumento, era una vida hermosa la que tenían en aquella casa; la que estaba distribuida de la siguiente manera: El comedor, una sala, con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes y un pasillo con su maciza puerta de roble, el zaguán parte del ala delantera, que comunicaba a los dormitorios y el pasillo.


Esta paz y tranquilidad, se ve afectada una noche, en la que todo parecía tan tranquilo y él se dispone a calentar la cena para ambos, se dirige hacía la cocina por el pasillo, de pronto escucha un sonido que venia de la biblioteca o de la cocina, el sonido se hizo mas fuerte y ya provenía de el pasillo, corre y logra cerrar la puerta de roble y cerrarla con llave.

Después de esa noche, los hermanos no pueden vivir la tranquilidad a la que estaban acostumbrados, pues extraños habían tomado parte de la casa, la incertidumbre y la toma de sus bienes, hace que no puedan ni dormir, aunque al principio tratan de ignorarlo, pero cada día la situación va empeorando mas y mas, que hasta para ir a dormir tiene que ir de manera callada para pasar desapercibidos ante los intrusos. Estando él con sed, va a la cocina por un vaso de agua y escucha que los que sonidos eran ya de este lado de la puerta de roble. Ambos salen del lugar en donde se encuentren y corriendo agarrados del brazo, salen a la calle, viendo que dejan todo en aquella casa y solo sacan lo que llevan puesto. Cierran la puerta de la entrada, tiran la llave a una alcantarilla, para que nadie se meta a robar nada, y luego se marchan.

Irene: mujer soltera, nacida para molestar a nadie, aparte de su actividad matinal pasaba el resto de la tarde tejiendo, cosas necesaria, para la casa como para uno mismo.

Narrador: Soltero de avanzada edad, su pasión eran la literatura Francesa, protector y Guardián.


· Conflicto

La casa en la que llevan una hermosa vida los hermanos, es invadida por intrusos, los cuales no permiten que ellos vivan tranquilamente como lo solían hacer.

· Secuencias

Situación Inicial: Los hermanos viven agraciada y plácidamente en una enorme casa, que fue herencia que les dejaron.

Proceso: Se escuchan sonidos silenciosos, por los invasores en casa, se trata de ignorar el suceso, los sonidos son más frecuentes y en diferentes lugares.

Situación Final: La casa ha sido tomada, suceso que obliga a ambos a abandonarla, abandonándolo todo, llevando consigo lo puesto.

· Oposiciones

Irene*** su hermano*** el entorno
Hermano*** los sonidos (Quienes toman la casa) *** Irene*** el entorno
Los Hermanos *** Quienes toman la casa


· Espacios

Casa, cocina, el comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca, tres dormitorios grandes, un pasillo con puerta maciza de roble, un baño, un living central, un zaguán con mayólica, almacén de hilos, librería, la calle y la ciudad de Buenos Aires.

· Tiempos:

Pasado***futuro*** Presente

· Propuesta ideológica:

Anarquismo

Ambos hermanos vivían en la casa por la felicidad que ella les causaba, y no porque tenían un peso o responsabilidad que tenían que asumir, habían dejado pasar oportunidades de casamiento por deseo propio, viéndose obligados abandonarlo todo.

El narrador, nos relata en sus escritos de la Casa Tomada: la libertad que tiene el hombre y que su entorno se ve afectado por la anarquía que se vive no solo en estos días, pues viene de generación tras generación y en estos escritos da a conocer si bien podemos observar que se defiende la libertad de el individuo por encima de cualquiera.












domingo, 16 de marzo de 2008

"Conducta en los Velorios"



No vamos por el anís, ni porque hay que ir. Ya se habrá sospechado: vamos porque no podemos soportar las formas más solapadas de la hipocresía. Mi prima segunda, la mayor, se encarga de cerciorarse de la índole del duelo, y si es de verdad, si se llora porque llorar es lo único que les queda a esos hombres y a esas mujeres entre el olor a nardos y a café, entonces nos quedamos en casa y los acompañamos desde lejos. A lo sumo mi madre va un rato y saluda en nombre de la familia; no nos gusta interponer insolentemente nuestra vida ajena a ese dialogo con la sombra. Pero si de la pausada investigación de mi prima surge la sospecha de que en un patio cubierto o en la sala se han armado los trípodes del camelo, entonces la familia se pone sus mejores trajes, espera a que el velorio este a punto, y se va presentando de a poco pero implacablemente.


En Pacífico las cosas ocurren casi siempre en un patio con macetas y música de radio. Para estas ocasiones los vecinos condescienden a apagar las radios, y quedan solamente los jazmines y los parientes, alternándose contra las paredes. Llegamos de a uno o de a dos, saludamos a los deudos, a quienes se reconoce fácilmente porque lloran apenas ven entrar a alguien, y vamos a inclinarnos ante el difunto, escoltados por algún pariente cercano. Una o dos horas después toda la familia esta en la casa mortuoria, pero aunque los vecinos nos conocen bien, procedemos como si cada uno hubiera venido por su cuenta y apenas hablamos entre nosotros. Un método preciso ordena nuestros actos, escoge los interlocutores con quienes se departe en la cocina, bajo el naranjo, en los dormitorios, en el zaguán, y de cuando en cuando se sale a fumar al patio o a la calle, o se da una vuelta a la manzana para ventilar opiniones políticas y deportivas. No nos lleva demasiado tiempo sondear los sentimientos de los deudos más inmediatos, los vasitos de caña, el mate dulce y los Particulares livianos son el puente confidencial; antes de media noche estamos seguros, podemos actuar sin remordimientos.











Por lo común mi hermana la menor se encarga de la primera escaramuza; diestramente ubicada a los pies del ataúd, se tapa los ojos con un pañuelo violeta y empieza a llorar, primero en silencio, empapando el pañuelo a un punto increíble, después con hipos y jadeos, y finalmente le acomete un ataque terrible de llanto que obliga a las vecinas a llevarla a la cama preparada para esas emergencias, darle a oler agua de azahar y consolarla, mientras otras vecinas se ocupan de los parientes cercanos bruscamente contagiados por la crisis. Durante un rato hay un amontonamiento de gente en la puerta de la capilla ardiente, preguntas y noticias en voz baja, encogimientos de hombros por parte de los vecinos. Agotados por un esfuerzo en que han debido emplearse a fondo, los deudos amenguan en sus manifestaciones, y en ese mismo momento mis tres primas segundas se largan a llorar sin afectación, sin gritos, pero tan conmovedoramente que los parientes y vecinos sienten la emulación, comprenden que no es posible quedarse así descansando mientras extraños de la otra cuadra se afligen de tal manera, y otra vez se suman a la deploración general, otra vez hay que hacer sitio en las camas, apantallar a señoras ancianas, aflojar el cinturón a viejitos convulsionados. Mis hermanos y yo esperamos por lo regular este momento para entrar en la sala mortuoria y ubicarnos junto al ataúd. Por extraño que parezca estamos realmente afligidos, jamás podemos oír llorar a nuestras hermanas sin que una congoja infinita nos llene el pecho y nos recuerde cosas de la infancia, unos campos cerca de Villa Albertina, un tranvía que chirriaba al tomar la curva en la calle General Rodríguez, en Bánfield, cosas así, siempre tan tristes.




Nos basta ver las manos cruzadas del difunto para que el llanto nos arrase de golpe, nos obligue a taparnos la cara avergonzados, y somos cinco hombres que lloran de verdad en el velorio, mientras los deudos juntan desesperadamente el aliento para igualarnos, sintiendo que cueste lo que cueste deben demostrar que el velorio es el de ellos, que solamente ellos tienen derecho a llorar así en esa casa. Pero son pocos, y mienten (eso lo sabemos por mi prima segunda la mayor, y nos da fuerzas). En vano acumulan los hipos y los desmayos, inútilmente los vecinos más solidarios los apoyan con sus consuelos y sus reflexiones, llevándolos y trayéndolos para que descansen y se reincorporen a la lucha. Mis padres y mi tío el mayor nos reemplazan ahora, hay algo que impone respeto en el dolor de estos ancianos que han venido desde la calle Humboldt, cinco cuadras contando desde la esquina, para velar al finado. Los vecinos más coherentes empiezan a perder pie, dejan caer a los deudos, se van a la cocina a beber grapa y a comentar; algunos parientes, extenuados por una hora y media de llanto sostenido, duermen estertorosamente. Nosotros nos relevamos en orden, aunque sin dar la impresión de nada preparado; antes de las seis de la mañana somos los dueños indiscutidos del velorio, la mayoría de los vecinos se han ido a dormir a sus casas, los parientes yacen en diferentes posturas y grados de agotamiento, el alba nace en el patio.













A esa hora mis tías organizan enérgicos refrigerios en la cocina, bebemos café hirviendo, nos miramos brillantemente al cruzarnos en el zaguán o los dormitorios; tenemos algo de hormigas yendo y viniendo, frotándose las antenas al pasar. Cuando llega el coche fúnebre las disposiciones están tomadas, mis hermanas llevan a los parientes a despedirse del finado antes del cierre del ataúd, los sostienen y confortan mientras mis primas y mis hermanos se van adelantando hasta desalojarlos, abreviar el ultimo adiós y quedarse solos junto al muerto. Rendidos, extraviados, comprendiendo vagamente pero incapaces de reaccionar, los deudos se dejan llevar y traer, beben cualquier cosa que se les acerca a los labios, y responden con vagas protestas inconsistentes a las cariñosas solicitudes de mis primas y mis hermanas. Cuando es hora de partir y la casa está llena de parientes y amigos, una organización invisible pero sin brechas decide cada movimiento, el director de la funeraria acata las órdenes de mi padre, la remoción del ataúd se hace de acuerdo con las indicaciones de mi tío el mayor. Alguna que otra vez los parientes llegados a último momento adelantan una reivindicación destemplada; los vecinos, convencidos ya de que todo es como debe ser, los miran escandalizados y los obligan a callarse. En el coche de duelo se instalan mis padres y mis tíos, mis hermanos suben al segundo, y mis primas condescienden a aceptar a alguno de los deudos en el tercero, donde se ubican envueltas en grandes pañoletas negras y moradas. El resto sube donde puede, y hay parientes que se ven precisados a llamar un taxi. Y si algunos, refrescados por el aire matinal y el largo trayecto, traman una reconquista en la necrópolis, amargo es su desengaño.



Apenas llega el cajón al peristilo, mis hermanos rodean al orador designado por la familia o los amigos del difunto, y fácilmente reconocible por su cara de circunstancias y el rollito que le abulta el bolsillo del saco. Estrechándole las manos, le empapan las solapas con sus lágrimas, lo palmean con un blando sonido de tapioca, y el orador no puede impedir que mi tío el menor suba a la tribuna y abra los discursos con una oración que es siempre un modelo de verdad y discreción. Dura tres minutos, se refiere exclusivamente al difunto, acota sus virtudes y da cuenta de sus defectos, sin quitar humanidad a nada de lo que dice; está profundamente emocionado, y a veces le cuesta terminar. Apenas ha bajado, mi hermano el mayor ocupa la tribuna y se encarga del panegírico en nombre del vecindario, mientras el vecino designado a tal efecto trata de abrirse paso entre mis primas y hermanas que lloran colgadas de su chaleco. Un gesto afable pero imperioso de mi padre moviliza al personal de la funeraria; dulcemente empieza a rodar el catafalco, y los oradores oficiales se quedan al pie de la tribuna, mirándose y estrujando los discursos en sus manos húmedas. Por lo regular no nos molestamos en acompañar al difunto hasta la bóveda o sepultura, sino que damos media vuelta y salimos todos juntos, comentando las incidencias del velorio. Desde lejos vemos cómo los parientes corren desesperadamente para agarrar alguno de los cordones del ataúd y se pelean con los vecinos que entre tanto se han posesionado de los cordones y prefieren llevarlos ellos a que los lleven los parientes.





El comportamiento, en el velorio es Un sentimiento que solamente lo podemos descrinbir, al momento de vivir ese instante y de saber que a la persona que mas hemos amado, le diremos adios, y lo que tendremos de ella seran unicamente los recuerdos que viven en nuestra mente y corazon.



El comportamiento es indescriptible, pues podemos llorar, por que es un protocolo para la ocacion o simplemente porque no podemos detener el llanto, que nos invade cuando vemos a las demas personas, que estan dolidas y el dolor es mas grande que el que diran.




Ocasion en la que las personas que estan pasando por esa situciòn de dolor, no tienen un comportamiento iguan o similar a nadie. Y puedo decirlo por experiencia propia, hay lagrimas, chistes, llanto, desmayos en fin... es un momento indescriptible lo repito de nuevo.. pues puede haber, dolor, paz, tranquilidad, o simplemente culpabilidad...





domingo, 9 de marzo de 2008

A la izquierda del roble


A la izquierda del roble
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedespero el Jardín Botánico es un parque dormido

en el que uno puede sentirse árbol o prójimo

siempre y cuando se cumpla un requisito previo.

Que la ciudad exista tranquilamente lejos.

El secreto es apoyarse digamos en un tronco

y oír a través del aire que admite ruidos muertos

como en Millán y Reyes galopan los tranvías.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes

pero el Jardín Botánico siempre ha tenido

una agradable propensión a los sueños,

a que los insectos suban por las piernas

y la melancolía baje por los brazos

hasta que uno cierra los puños y la atrapa.

Después de todo el secreto es mirar hacia arriba

y ver cómo las nubes se disputan las copas

y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes

ah pero las parejas que huyen al Botánico

ya desciendan de un taxi o bajen de una nube

hablan por lo común de temas importantesy se miran fanáticamente a los ojos

como si el amor fuera un brevísimo túnel

y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.

Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble(también podría llamarlo almendro o araucariagracias a mis lagunas sobre Pan y Linneo)

hablan y por lo visto las palabrasse quedan conmovidas a mirarlos

ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes

pero es lindísimo imaginar qué dicen

sobre todo si él muerde una ramita

y ella deja un zapato sobre el césped

sobre todo si él tiene los huesos tristes

y ella quiere sonreír pero no puede.

Para mí que el muchacho está diciendo

lo que se dice a veces en el Jardín Botánico.

Ayer llegó el otoño

el sol de otoñoy me sentí feliz

como hace mucho

qué linda estáste quieroen mi sueño

de nochese escuchan las bocinas

el viento sobre el mar

y sin embargo aquello

también es el silencio

mírame así

te quieroyo trabajo con ganas

hago números

fichas

discuto con cretinos

me distraigo y blasfemo

dame tu mano

ahoraya lo sabéste quiero

pienso a veces en Dios

bueno no tantas veces

no me gusta robar

su tiempo

y además está lejos

vos estás a mi ladoahora mismo estoy triste

estoy triste y te quiero

ya pasarán las horasla calle como un río

los árboles que ayudan

el cielolos amigos

y qué suertete quiero

hace mucho era niñohace mucho y qué importa

el azar era simple

como entrar en tus ojos

dejame entrarte quiero

menos mal que te quiero.


No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes

pero puede ocurrir que de pronto uno advierta

que en realidad se trata de algo más desolado

uno de esos amores de tántalo y azar

que Dios no admite porque tiene celos.

Fíjense que él acusa con ternura

y ella se apoya contra la corteza

fíjense que él va tildando recuerdos

y ella se consterna misteriosamente.

Para mí que el muchacho está diciendol

o que se dice a veces en el Jardín Botánico.

Vos lo dijiste

nuestro amorfue desde siempre un niño muerto

sólo de a ratos parecíaque iba a vivir

que iba a vencernos

pero los dos fuimos tan fuertes

que lo dejamos sin su sangresin su futuro

sin su cieloun niño muerto

sólo eso

maravilloso y condenado

quizá tuviera una sonrisa

como la tuyadulce y honda

quizá tuviera un alma triste

como mi alma

poca cosa

quizá aprendiera con el tiempo

a desplegarsea usar el mundo

pero los niños que así vienen

muertos de amor

muertos de miedo

tienen tan grande el corazón

que se destruyen sin saberlo

vos lo dijiste

nuestro amor

fue desde siempre un niño muerto

y qué verdad dura y sin sombra

qué verdad fácil y qué pena

yo imaginaba que era un niño

y era tan sólo un niño muerto

ahora qué quedasólo queda

medir la fe y que recordemos

lo que pudimos haber sido

para élque no pudo ser nuestro

qué másacaso cuando llegue

un veintitrés de abril y abismo

vos donde estés

llevale flores

que yo también iré contigo.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes

pero el Jardín Botánico es un parque dormido

que sólo despierta con la lluvia.

Ahora la última nube ha resuelto quedarse

y nos está mojando como alegres mendigos.

El secreto está en correr con precauciones

a fin de no matar ningún escarabajo

y no pisar los hongos que aprovechan

para nadar desesperadamente.

Sin prevenciones me doy vuelta y siguen

aquellos dos a la izquierda del roble

eternos y escondidos en la lluvia

diciéndose quién sabe qué silencios.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes

pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico

aquí se quedan sólo los fantasmas.

Ustedes pueden irse.

Yo me quedo.

miércoles, 27 de febrero de 2008



La melancolia y el dolor de perder a alguien a quien tanto amamos es lo mas duro que podemos pasar en la vida, cuando se va y por el temor a decir cuanto hay en nuestro corazon es tan duro,
pero es tan agradable y solo de personas que tiene un gran talento pùeden escribir en una noche estrellada, sola y silenciosa, los versos y poemas que llegan al fondo del corazpon.

Pablo Neruda



"20 Poemas de Amor"



Puedo escribir los versos más tristes esta noche!

Una obra que transmite tristesa, reproche, dolor y melancolia, recordar que fue y no fue, que es y no es, una verdad insierta, recuerdo que solo existe en la mente y el corazón.





Puedo escribir los versos mas tristes esta noche.


"yo la quise y a veces ella también me quiso tanto"


"La bese tantas veses bajo el cielo infinito"


"Como no haber amado sus ojos fijos"


"la noche no esta estrellada y ella no está conmigo"


"mi corazón la busca y ella no esta conmigo"


"Porque noches como esta la tuve entre mis brazos,

Mi Alma no se contenta con haberla perdido"





Un recuerdo que no muere, un sentimiento que sigue en parte vivo, la lucha de olvidar el pasado y vivir el presente, sin seguir arrastrando recuerdos que no volveran.



"Ya no la quiero, es cierto, pero cuanto la quise"

Mi voz buscaba el viento para tocar su oido.

viernes, 22 de febrero de 2008

CON ALAS ABIERTAS!!!




Escritor modelo, Lector Modelo

CON ALAS ABIERTAS !!

El escritor modelo con el cual me he identificado es o mejor dicho son varios pues, no he sentido la pasión de leer las obras literarias de uno en especifico o de intentar escarbar hasta el inicio de sus mas destacados libros, y cualquier lectura que inicio me gusta terminarla pues el escritor de una manera u otra trata de hablar con el lector y compartir aquellos momentos que fueron importantes en su época y ese es el motivo por el cual puedo hasta vivir y sumergirme en la escena que esta narrando.


CON ALAS ABIERTAS!!
Nos céntimos a veces
cual si gruesas cadenas nos aprisionaran fuertemente.
una sensacional de angustia hace presa de nosotros.
Cautivos somos de nuestras propias pasiones.
de nuestras fallidas esperanzas, somos cautivos.
de amargos recuerdos que inútilmente, nos
empeñamos a vivir.
Seamos libres,
que nuestra alma cante una canción de libertad
que se eleve como pájaro en vuelo
hacia el infinito para alcanzar a Dios, y
rogarle nos libre y nos permite encontrar la salida
para escapara de nuestro propio ser.
SI NO POSEES LA LIBERTAD INTERIOR, ¿QUÉ OTRA LIBERTAD ESPERAS ALCANZAR?
Estela Molina S.


Letras que han sido de gran ayuda en los momentos mas duros de mi vida, momentos que imagine nunca pasarían y solo cuando pasaron me di cuenta que el caer es tan fácil, pero el levantarme solamente se logra con fuerza de voluntad primeramente y ayuda de las personas que te aman.
Recordemos que las criticas injustas son frecuentemente, elogios disfrazados, pues debemos de tener presente de que nadie Patea Nunca a un Perro Muerto.
Dale Garnegie.
Lo que creamos o lo que pensemos, al final no tiene mayor importancia.
Lo que realmente importa es lo que hacemos. John Runskin
frase utilizada en uno de los libros que me inspiro a seguir adelante, pues me enseño que dirigir consiste paradójicamente en servir a los demás porque un buen líder esta pendiente de sus subordinados para ayudarles a cumplir sus aspiraciones y aprovechar sus capacidades al máximo.
James C. Hunter.

Las Heridas ya sanaron, pero sirven para verlas y no volverlas a cometer o verlas y reir por ellas, en lugar de llorar y tirarnos al abandono.
Cesar Guzman

Una historia, que nos demuestra que debemos de seguir nuestros sueños hasta verlos en una completa realidad y escuchar la voz de nuestro corazon para que sea el complemento y la fuerza para seguir adelante.

El alquimista. de Paulo Cohelo